Calidad de vida relacionada con
la salud --- Puerto Rico, 1996--2000
Si bien se han realizado
varios estudios para determinar la Calidad de Vida Relacionada
con la Salud (CVRS o HRQOL, por sus siglas en ingl閟) de
personas que viven en Estados Unidos, no se hab韆 realizado
hasta ahora una evaluaci髇 general de la CVRS para los residentes
de Puerto Rico (1). Para determinar la CVRS de los
adultos que estaban viviendo en Puerto Rico durante 1996--2000,
se realizaron, como parte del Sistema de Monitoreo de los
Factores de Riesgo en el Comportamiento (Behavioral Risk
Factor Surveillance System, BRFSS), entrevistas en espa駉l
con una muestra representativa de adultos puertorrique駉s
(2). Las mujeres mayores, quienes tienen un nivel menor
de educaci髇 o de ingresos, las personas que no pueden trabajar,
aquellas con sobrepeso, y quienes padecen diabetes o presi髇
alta reportaron un mayor n鷐ero de d韆s, en el mes anterior
a la entrevista, en los que no se sent韆n saludables f韘ica
o mentalmente. Las intervenciones dise馻das para atender
a estos grupos vulnerables con riesgos
demogr醘icos, socioecon髆icos y de comportamiento
podr韆n ayudar a los adultos en Puerto Rico a incrementar
el n鷐ero y la calidad de sus a駉s de vida saludable y eliminar
las disparidades de salud.
El BRFSS es una encuesta
realizada a n鷐eros telef髇icos al azar con la poblaci髇
civil no institucionalizada de m醩 de 18 a駉s de edad que
se est?llevando a cabo en los 50 estados de los EE.UU.,
el Distrito de Columbia, y Puerto Rico. Los datos fueron
ponderados para reflejar la distribuci髇 de edad y sexo
en la poblaci髇 de Puerto Rico durante cada uno de los a駉s
de la encuesta. En Puerto Rico, se realiz?una encuesta
en espa駉l de la versi髇 en ingl閟 del BRFSS (2).
Entre las preguntas sobre el CVRS estaba una auto evaluaci髇
de la salud (por ejemplo, excelente, muy buena, buena, regular
o mala) y el n鷐ero de d韆s durante el mes anterior a la
encuesta en los que la salud f韘ica (por ejemplo enfermedad
f韘ica o lesi髇) o la salud mental (por ejemplo, estr閟,
depresi髇, problemas emocionales) no eran buenos y su actividad
(por ejemplo, cuidados personales, trabajo o recreaci髇)
se vio limitada como resultado de la mala salud f韘ica o
mental. Los d韆s no saludables fueron definidos como el
n鷐ero total de d韆s en los que la persona encuestada dijo
sentirse no saludable, ya sea f韘ica o mentalmente, hasta
un m醲imo de 30 d韆s por encuestado. Se calcul?la media
as?como los Intervalos de Confianza (IC) de 95% usando
SUDAAN para compensar la complejidad del dise駉 de la encuesta
BRFSS.
Durante el per韔do 1996--2000, un total
de 13,686 adultos en Puerto Rico participaron en el BRFSS.
La tasa promedio de respuesta fue de 91.8% (rango: 89.4%--93.2%)*.
Aproximadamente un 34% (95% IC=33.1%--35.0%) de los adultos
en Puerto Rico dijo tener una salud regular o mala. Los
niveles de auto evaluaci髇 de salud en Puerto Rico no variaron
seg鷑 el sexo. En promedio, los adultos con una salud regular
o mala reportaron un n鷐ero sustancialmente
mayor de d韆s f韘ica o mentalmente no saludables o en los
que tuvieron una actividad limitada en comparaci髇 con quienes
calificaron su salud como buena, muy buena o excelente (Gr醘ica 1). Entre las personas que calificaron
su estado de salud como regular o mala, los j髒enes adultos
reportaron con mayor frecuencia d韆s mentalmente no saludables
que los adultos mayores.
Los hombres entre 18--44 a駉s que viven
en las regiones metropolitanas u orientales de la Isla reportaron
la menor cantidad de d韆s (2.9) no saludables, y las mujeres
de >65 a駉s que viv韆n en la regi髇 norte reportaron
la mayor cantidad de d韆s (9.8) no saludables (Tabla 1). El n鷐ero de d韆s auto reportados
como no saludables alcanz?su nivel m醩 alto en 1998 y en
1999 pero no cambi?sustancialmente. En total, el n鷐ero
promedio de d韆s en los que la actividad fue limitada fue
mucho mayor durante 1998--2000 (2.7 d韆s; 95% IC=2.5--2.9)
que durante 1996--1997 (1.7 d韆s; 95% IC=1.5--1.9). El n鷐ero
de d韆s no saludables reportados fue considerablemente mayor
para las mujeres de 18--44 a駉s, 45--64 a駉s, y >65
a駉s que para los hombres en esos mismos grupos de edad
en 1.4 d韆s, 1.7 d韆s, y 2.2 d韆s, respectivamente (Tabla 1).
Los encuestados con niveles mayores
de educaci髇, ingresos y empleo reportaron un n鷐ero menor
de d韆s no saludables que los que ten韆n menores niveles
de educaci髇, ingreso y empleo. Por nivel de educaci髇,
la media de los d韆s no saludables fue desde 2.7 d韆s para
los hombres de 18--44 a駉s con una educaci髇 de escuela
superior (preparatoria) hasta 9.5 d韆s para las mujeres
de >65 a駉s que no completaron la escuela superior.
Por ingreso en el hogar, la media m醩 baja de d韆s no saludables
fue de 1.9 d韆s para hombres de 18--44 a駉s con un ingreso
en el hogar de $35,000--$49,999; la media m醩 elevada de
d韆s no saludables fue de 9.4 d韆s para las mujeres de >65
a駉s con ingresos anuales <$15,000. Por empleo, la media
m醩 baja (1.7 d韆s) fue para los hombres con un negocio
propio >65 a駉s, y la m醩 alta (16.1 d韆s) fue
para las mujeres de 45--64 a駉s que no pod韆n trabajar.
Los encuestados que hicieron ejercicio
durante el mes anterior a la encuesta o que nunca hab韆n
fumado cigarrillos reportaron un n鷐ero menor de d韆s no
saludables que quienes no hicieron ejercicio o que hab韆n
fumado. Quienes ten韆n un 韓dice de masa corporal (Body
Mass Index, BMI) normal generalmente tuvieron menos d韆s
no saludables que quienes estaban obesos (BMI [kg/m2]
>30). Las personas con diabetes en todos los grupos
de edad tuvieron un n鷐ero considerablemente mayor de d韆s
no saludables que quienes no ten韆n diabetes. Las personas
a las que un profesional de la salud les dijo en dos o m醩
ocasiones que ten韆n presi髇 sangu韓ea alta, reportaron
un n鷐ero considerablemente mayor de d韆s no saludables
en todos los grupos de edad, en comparaci髇 con aquellos
a quienes no se les dijo que ten韆n presi髇 alta. Quienes
no pod韆n pagar para ver a un proveedor de la salud reportaron
un n鷐ero mayor de d韆s no saludables que quienes pod韆n
pagar para ver a uno, pero el 9% de quienes no ten韆n plan
m閐ico tuvo el mismo n鷐ero promedio de d韆s no saludables
que quienes s?ten韆n un plan m閐ico.
Reporte de:
Y Cintr髇, Departamento de Salud, Secretar韆 Auxiliar de
Promoci髇 de la Salud, San Juan, Puerto Rico. R Kobau, MPH, Div of
Adult and Community Health, National Center for Chronic
Disease Prevention and Health Promotion, CDC.
Nota editorial:
Los resultados de este
informe indican que hay diferencias importantes en la CVRS
entre los subgrupos en Puerto Rico. Los indicadores socioecon髆icos
y de salud para Puerto Rico han mejorado considerablemente
desde 1970 a medida que el desarrollo econ髆ico ha pasado
de una econom韆 principalmente agr韈ola a una basada en
la manufactura y los servicios (3). Desde 1993, Puerto
Rico tambi閚 ha privatizado las instalaciones de salud p鷅lica
y establecido una competencia controlada para proporcionar
planes m閐icos a quienes no lo tienen. Sin embargo, los
ingresos per capita que siguen bajos en Puerto Rico est醤
afectando negativamente la salud mental y f韘ica de los
puertorrique駉s as?como su calidad de vida en general (3).
Los resultados de este informe reflejan el impacto del estado
socioecon髆ico bajo en la CVRS. En algunos casos, la baja
CVRS puede llegar a afectar el estado socioecon髆ico (por
ejemplo, al reducir la productividad del individuo as?como
los ingresos perdidos por esta reducci髇 en la productividad).
Los adultos puertorrique駉s indicaron
tener menos d韆s no saludables pero la auto evaluaci髇 de
su salud fue mucho peor que la de los adultos en EE.UU.
(2,4). La auto evaluaci髇 del estado de salud m醩
baja en los puertorrique駉s, tanto en los que viven en la
Isla como quienes viven en los Estados Unidos, en parte
se atribuy?a la somatizaci髇 (por ejemplo, reportaron s韓tomas
f韘icos sin presencia de patolog韆 f韘ica como un m閠odo
de expresar problemas sicosociales) (5), el estr閟
por la aculturalizaci髇 (la modificaci髇 de una cultura
como resultado del contacto con otra) (6), o ataque de nervios
(una expresi髇 con relevancia cultural que se refiere a
la experiencia de sufrir una p閞dida personal o social)
(7).
Las personas con un estado de salud
regular o malo reportaron m醩 d韆s en los que estaban f韘ica
y/o mentalmente no saludables o limitados en sus actividades
que las personas cuyo estado de salud era bueno, muy bueno
o excelente. Esto apoya los factores de validez de las medidas
de la CVRS entre la poblaci髇 puertorrique馻: los dos factores---auto
evaluaci髇 de la salud y d韆s no saludables reportados---estaban
asociados en una forma consistente y anticipada (8).
Los resultados de este informe est醤
sujetos a por lo menos cuatro limitaciones. Primero, los
hogares sin tel閒ono y quienes s髄o ten韆n tel閒onos celulares
fueron excluidos de la muestra (2). Segundo, el BRFSS
excluye a un n鷐ero indeterminado de personas en instituciones
y a todas las personas menores de 18 a駉s. Tercero, el BRFSS
podr韆 afectar negativamente la representaci髇 de quienes
tienen una incapacidad severa porque se requiere tiempo
y capacidad funcional para participar en el BRFSS. Finalmente,
las razones por las cuales las personas reportaron un estado
de salud m醩 malo no son claras dado que el BRFSS no eval鷄
los efectos de las expresiones culturales de aflicci髇 u
otros factores socioculturales y ambientales que influyen
en la salud.
Los resultados de este an醠isis indican
que las preguntas de la CVRS en espa駉l pueden ser 鷗iles
para otros grupos que hablan este idioma en Estados Unidos
y en otros pa韘es en donde se habla espa駉l. Las diferencias
en la CVRS en los subgrupos vulnerables con riesgos
demogr醘icos, socioecon髆icos y de comportamiento en Puerto
Rico reflejan la influencia de la biolog韆 y el comportamiento
individuales, as?como los factores sociales y del medio
ambiente en la CVRS (9). Quienes est醤 encargados
de las pol韙icas pueden observar la CVRS para identificar
a los grupos a quienes no se les han atendido sus necesidades
de salud (10). Es posible que las intervenciones
de salud p鷅lica dise馻das para llegar a estos grupos vulnerables
con riesgos demogr醘icos, socioecon髆icos y de comportamiento
con una mala CVRS ayuden a los adultos de Puerto Rico a
mejorar la calidad y el n鷐ero de a駉s de vida saludable
y a eliminar las disparidades de salud (9).
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status, and use of physician care. Journal of Health Care
for the Poor and Underserved 1999;10(2):186--200.
* Esta tasa es la
tasa del l韒ite superior de respuesta, que incluye entrevistas
completadas, rechazos, y entrevistas no completadas. El
estimado que se obtuvo como resultado refleja la cooperaci髇
de las personas encuestadas con las que se hizo contacto
y no se ve afectado por la diferencia en la eficiencia de
la muestra telef髇ica. Las tasas de respuesta para 1996
y 2000 no est醤 disponibles. Las tasas de respuesta de las
American Survey Research Organizations fueron de 88.9% en
1997, 76.7% en 1998, y 69.5% en 1999 (Fuente: BRFSS 1998
y 1999, Summary Quality Control Report).
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