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        Preventing Chronic Disease: Public Health Research, Practice and Policy

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        Emerging Infectious Diseases Journal
        MMWR


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        Volumen 8: N?4, Julio de 2011

        ENSAYO
        A tomar en serio la prevenci髇 de las enfermedades cr髇icas


        ÍNDICE


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        Nicholas Freudenberg, DrPH; Kenneth Olden, PhD

        Citaci髇 sugerida para este art韈ulo: Freudenberg N, Olden K. A tomar en serio la prevenci髇 de las enfermedades cr髇icas. Prev Chronic Dis 2011;8(4):A90. http://www.cy118119.com/pcd/issues/2011/jul/10_0243_es.htm. Consulta: [fecha].

        La promulgaci髇 de la Ley de protecci髇 al paciente y atenci髇 m閐ica asequible (Patient Protection and Affordable Care Act of 2010) marca un paso importante hacia la ampliaci髇 de la cobertura de atenci髇 m閐ica a todos los estadounidenses. Sin embargo, la implementaci髇 de la legislaci髇 en la pr髕ima d閏ada enfrenta desaf韔s organizacionales, pol韙icos y econ髆icos (1). Una de las maneras m醩 seguras de maximizar la probabilidad de que la reforma al sistema de salud alcance sus objetivos es reduciendo la carga de las enfermedades cr髇icas en el sistema nacional de salud.

        Las enfermedades cr髇icas como cardiopat韆s, c醤cer, hipertensi髇 arterial, accidentes cerebrovasculares y diabetes representan el 80% de las muertes en los Estados Unidos y el 75% de los costos m閐icos. En el 2005, el 44% de los estadounidenses presentaba al menos una afecci髇 cr髇ica y el 13% ten韆 tres o m醩. Hacia el 2020, se calcula que 157 millones de habitantes de los Estados Unidos tendr醤 una o m醩 afecciones cr髇icas (2). Pese a que el envejecimiento de la poblaci髇 ha contribuido al aumento de las enfermedades cr髇icas, los ni駉s y los adultos j髒enes presentan una creciente prevalencia de obesidad, diabetes y asma. El n鷐ero de personas entre 25 y 44 a駉s de edad con m醩 de una enfermedad cr髇ica se duplic? entre 1996 y el 2005 (2).

        La ley de reforma al sistema de salud promete un mejor acceso a pruebas de detecci髇 e intervenciones oportunas para las afecciones cr髇icas en poblaciones vulnerables. De manera an醠oga, los avances en la comprensi髇 del papel del genoma humano en la expresi髇 de afecciones cr髇icas traen esperanzas de nuevos tratamientos (3). Lamentablemente, las evidencias parecen indicar que es poco probable que las innovaciones en medicina gen髆ica reduzcan la prevalencia o los costos de las afecciones cr髇icas en la d閏ada venidera (4).

        Para reducir la incidencia de las enfermedades cr髇icas y, por ende, los costos que imponen en nuestra sociedad y en el sistema de salud, ser? necesario abordar las causas profundas de este aumento registrado en las d閏adas recientes. Muchas evidencias parecen indicar que hay acciones concretas que pueden ayudar a prevenir un mayor incremento en la prevalencia de enfermedades cr髇icas. Proponemos cuatro estrategias amplias.

        Primero, los Estados Unidos necesitan adaptar sus regulaciones de protecci髇 ambiental y del consumidor al siglo 21. La contaminaci髇 atmosf閞ica, especialmente en zonas urbanas y de bajos ingresos, contribuye a enfermedades y muertes por c醤cer y a enfermedades cardiacas y respiratorias. En el 2002, al menos 146 millones de personas en los Estados Unidos viv韆n en 醨eas que no cumpl韆n con por lo menos una de las normas de aire limpio de la Agencia de Protecci髇 Ambiental (5). El consumo de tabaco y alcohol as?como de alimentos con alto contenido de grasas, az鷆ares, sal y calor韆s, contribuye a una proporci髇 grande de muertes por enfermedades cr髇icas y, sin embargo, las regulaciones nacionales con respecto a estos productos datan de la primera mitad del siglo 20. Las nuevas tendencias en mercadotecnia, dise駉 de productos y distribuci髇 al por menor han dejado obsoletos los enfoques de anta駉 para proteger a la poblaci髇 de la promoci髇 agresiva de productos perjudiciales para la salud. En las 鷏timas tres d閏adas, las industrias tabacalera, alimentaria y de bebidas alcoh髄icas han intensificado sus esfuerzos para persuadir a los consumidores a adquirir sus productos y oponerse a las medidas de salud p鷅lica que los protegen contra esos productos (6). El desarrollo de medidas de protecci髇 m醩 fuertes a nivel nacional, estatal y local y la identificaci髇 de maneras novedosas para evitar que estas industrias trasladen sus costos al p鷅lico, podr醤 contribuir a reducir las conductas que conllevan un riesgo de contraer enfermedades cr髇icas (7).

        En segundo lugar, el pa韘 necesita mantener y fortalecer la infraestructura de salud p鷅lica federal, estatal y local. En el 2004, Frieden acus?a las autoridades de salud p鷅lica de los Estados Unidos de estar 揹ormidas al volante?en sus actividades de respuesta para las crecientes amenazas de enfermedades cr髇icas (8). A su vez, urgi?a la elaboraci髇 de programas de vigilancia m醩 fuertes, intervenciones ambientales, nuevas regulaciones y m醩 financiamiento. No obstante, en los 鷏timos dos a駉s, como resultado de la crisis econ髆ica, muchos departamentos de salud estatales y locales han recortado fondos para servicios, incluidos los de control de enfermedades cr髇icas (9). Estas acciones ponen en peligro la prevenci髇 de las enfermedades cr髇icas al aumentar el flujo de personas al sistema de salud, dificultando todav韆 m醩 la consecuci髇 de los objetivos de la reforma al sistema de salud.

        En tercer lugar, el pa韘 necesita ofrecer nuevos incentivos para la construcci髇 de ambientes que fomenten la salud. El aumento de la actividad f韘ica protege contra varias enfermedades cr髇icas, pero aun as? los ambientes urbanos y suburbanos a menudo dificultan el caminar, andar en bicicleta o utilizar otras formas de transporte activo. El gobierno puede hacer de las decisiones saludables la decisi髇 habitual de la gente a trav閟 de reformas en ordenanzas para el uso de zonas; desarrollo de sistemas de transporte que fomenten el transporte activo; y dise駉 de escuelas, sitios de trabajo y comunidades que fomenten la actividad f韘ica y desalienten la vida sedentaria.

        Finalmente, el sistema de salud del pa韘 necesita modificar sus pr醕ticas para hacer de la prevenci髇 de enfermedades cr髇icas una prioridad. Estas reformas podr韆n alcanzarse mediante la ampliaci髇 del alcance de los programas de intervenciones basadas en la evidencia; el fortalecimiento de centros de salud comunitaria; el incremento de reembolsos por servicios tales como asesor韆 para la cesaci髇 del tabaco, buena nutrici髇 y para tratar problemas de alcoholismo; y el adiestramiento de los profesionales de la salud en t閏nicas de prevenci髇 (10-12).

        Estas cuatro estrategias ofrecen varias ventajas. Se basan en conocimientos cient韋icos comprobados, reduciendo la necesidad de invertir m醩 a駉s en estudios antes de implementarse. Cada contribuye a mejorar la prevalencia de varias afecciones cr髇icas. Las medidas propuestas pueden ayudar a la reducci髇 de la prevalencia de c醤cer, diabetes, hipertensi髇 arterial y cardiopat韆s (Tabla), cada una de las cuales tiene una prevalencia proyectada de m醩 del 40% en las pr髕imas dos d閏adas (10). Adem醩, estas estrategias reducen la incidencia de afecciones cr髇icas y ayudan a reducir las desigualdades por ser afecciones que afectan en su mayor韆 a poblaciones de bajos ingresos, negras o latinas.

        La modernizaci髇 de las normas de protecci髇 ambiental y del consumidor, el fortalecimiento de la infraestructura de salud p鷅lica, el mejoramiento de los ambientes construidos y la priorizaci髇 de la prevenci髇 en nuestro sistema de salud pueden granjearse m醩 votos y apoyo de los legisladores. Si bien cualquier reforma que amenace el statu quo enfrentar?la oposici髇 de intereses especiales, estas recomendaciones beneficiar醤 a la mayor韆 de la gente en los Estados Unidos, ahorrar醤 dinero del fisco y permitir醤 al pa韘 alcanzar sus metas de salud. La implementaci髇 simult醤ea de las cuatro estrategias contribuir?a mejorar las sinergias que pueden acelerar y magnificar su impacto. Al proporcionar el liderazgo necesario para realizar estos cambios, los profesionales de la salud pueden aumentar la probabilidad del 閤ito de la reforma al sistema de salud y el mejoramiento de la salud de la naci髇.

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        Agradecimientos

        No hay conflictos de inter閟 que reportar.

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        Datos sobre los autores

        Autor responsable de la correspondencia: Nicholas Freudenberg, DrPH, City University of New York School of Public Health at Hunter College, Box 609, 425 E 25th St, New York, NY 10010. Telephone: 212-481-4363. E-mail: nfreuden@hunter.cuny.edu.

        Afiliaciones de los autores: Kenneth Olden, City University of New York School of Public Health at Hunter College, New York, New York.

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        Referencias bibliogr醘icas

        1. Skocpol T. The political challenges that may undermine health reform. Health Aff (Millwood) 2010;29(7):1288-92.
        2. Tackling the burden of chronic diseases in the USA. Lancet 2009;373(9659):185.
        3. Scheuner MT, Sieverding P, Shekelle PG. Delivery of genomic medicine for common chronic adult diseases: a systematic review. JAMA 2008;299(11):1320-34.
        4. Russell LB. Preventing chronic disease: an important investment, but don抰 count on cost savings. Health Aff (Millwood) 2009;28(1):42-5.
        5. Kim JJ, American Academy of Pediatrics Committee on Environmental Health. Ambient air pollution: health hazards to children. Pediatrics 2004;114(6):1699-707.
        6. Vladeck D, Weber G. Commercial speech and the public抯 health: regulating advertisements of tobacco, alcohol, high fat foods and other potentially hazardous products. J Law Med Ethics 2004;32(4 Suppl):32-4.
        7. Olden K, Ramos RM, Freudenberg N. To reduce urban disparities in health, strengthen and enforce equitably environmental and consumer laws. J Urban Health 2009;86(6):819-24.
        8. Frieden TR. Asleep at the switch: local public health and chronic disease. Am J Public Health 2004;94(12):2059-61.
        9. Levi J, St Laurent R, Segal LM, Vinter S. Shortchanging America抯 health: a state-by-state look at how public health dollars are spent and key state health facts. Washington (DC): Trust for America抯 Health, 2010. http://healthyamericans.org/report/74/federal-spending-2010.htm. Accessed March 10, 2011.
        10. Bodenheimer T, Chen E, Bennett HD. Confronting the growing burden of chronic disease: can the U.S. health care workforce do the job? Health Aff (Millwood) 2009;28(1):64-74.
        11. EPC Team, Whitlock EP, O扖onner EA, Williams SB, Beil TL, Lutz KW. Effectiveness of primary care interventions for weight management in children and adolescents: an updated, targeted systematic review for the USPSTF. Bethesda (MD): National Library of Medicine, National Center for Biotechnology Information; 2010. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/bookshelf/br.fcgi?book=es76. Accessed March 10, 2011.
        12. Bertakis KD, Azari R. Determinants of physician discussion regarding tobacco and alcohol abuse. J Health Commun 2007;12(6):513-25.

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        Tabla

        Volver al textoTabla. Estrategias de salud p鷅lica para prevenir enfermedades cardiovasculares y respiratorias, algunos tipos de c醤cer, diabetes y otras enfermedades cr髇icas
        Estrategia Objetivos espec韋icos
        Fortalecer y modernizar las normas de protecci髇 ambiental y al consumidor Reducir el contenido de grasas, az鷆ares y sal en los alimentos; reducir la promoci髇 de alimentos poco saludables; reducir la contaminaci髇 atmosf閞ica; reducir el consumo del tabaco; restringir la creciente promoci髇 del tabaco y el alcohol en los j髒enes.
        Apoyar la infraestructura de salud p鷅lica Fortalecer los sistemas de detecci髇 de afecciones de riesgo; financiar a los departamentos de salud locales y estatales para realizar campa馻s sostenibles de prevenci髇 de enfermedades cr髇icas basadas en la comunidad; establecer y fortalecer programas de vigilancia de enfermedades cr髇icas para guiar las actividades de prevenci髇; evitar recortes presupuestarios adversos para la infraestructura.
        Mejorar los ambientes construidos Incentivar actividades como caminar, andar en bicicleta y otras formas de transporte activo; crear directrices para el dise駉 de escuelas, comunidades y sitios de trabajo que fomenten la vida activa; utilizar las normas de uso de zonas para mejorar los ambientes para las actividades f韘icas o alimentarias; alentar al uso de transporte p鷅lico.
        Hacer de la prevenci髇 una prioridad en la atenci髇 m閐ica Proporcionar incentivos financieros y organizacionales para la prevenci髇 primaria mediante el uso de intervenciones basadas en la evidencia; mejorar la capacitaci髇 de los proveedores de atenci髇 m閐ica primaria; desarrollar v韓culos m醩 fuertes entre los sistemas de salud p鷅lica y de atenci髇 m閐ica; fortalecer los centros de salud comunitaria.

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